jueves, 10 de febrero de 2011

Alquimia de lo femenino



Si vemos esta danza como un mandala, un círculo, encontrando el centro del mismo y emanando desde allí, la propia esencia, aquella que se encuentra en cada movimiento, en lo sutil, en lo visible , en lo energético. La propuesta consiste en integrar el mandala, para visibilizar y vibrar la energía del mismo.
La danza nos propone atravesar, vivir o revivir, sintonizar con los distintos personajes que nos integran; como un espejo, un reflejo, en el que sincronicamente estos personajes ancestrales nos convocan a acompañarlos, a darles vía libre para que se expresen y así,  encontrarse con el propio centro.
Volar como un pájaro, arrastrarnos como una serpiente, hundirnos en lo profundo del océano como el más lindo de los peces, o volar como un dragón lanzando fuego por los aires; son estos, y otros muy bellos, los lugares donde se nos permite navegar, preguntarnos y encontrarnos. Convocando estas  energías en su máximo esplendor, fluimos en el mas lindo de los viajes.
Este viaje es una experiencia muy personal, pero también  compartida, ya que podemos encontrarnos con la cepa única que nos interpela a nosotras a  danzar, divertirnos, jugar y,  movilizar desde lo físico este centro relacionado con la capacidad de dar y recibir amor y placer. Esto simboliza la alquimia de lo femenino, el proceso creativo por el cual transformamos a través de la danza, el cuerpo y el alma, en la piedra mas preciada.